Verso
y prosa, entrelazados en un mar de afinidades. La lírica
de Élmer Cocom, Teresita Durán Vela, Ernesto Rodríguez
Moguel, y otros eternos aventureros, simboliza el cristalizado
horizonte de Ah-Canul.
La
brevedad posible; el restellante párrafo que englosan
los relatos de Radamés Novelo Zavala y Alonso Reyes Cuevas,
en la búsqueda de un quehacer literario.
La
ensayística de Agustín Labrada Aguilera enriquece
la página, que también -como sabukán de
aluxes y tulixes- destila su perpetuo agradecimiento al recibir
los saludos mayas de Waldemar Noh Tzec.