El Corazón de Ah' Canul - 75
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Un domingo siete
Uriel Márquez
Portada - 75

 

I

Una de las joyas de la literatura prehispánica de los antiguos mayas es el conjunto de poemas denominado Los Cantares de Dzitbalché.

Me voy a referir, someramente a dos de ellos que han llamado mucho mi atención: el Cantar No. 1 y el Cantar No. 13. Ambos tratan de la realización de un sacrificio humano para congraciarse con sus dioses.

En el primer Cantar nos presenta a los protagonistas de este evento: la víctima. Un hombre que ha sido “convencido” para ser sacrificado, a cambio de promesas que reiteradamente se le han venido haciendo. Está amarrado a una columna pétrea ubicada en medio de la plaza.

Los victimarios son varios jóvenes cazadores-guerreros, expertos flecheros que en el transcurso de la danza lo irán asaeteando:

“Mocetones recios,/hombres del escudo en orden,/entran hasta el medio/de la plaza para/medir sus fuerzas/ en la danza del kolomché/”

En el Cantar No. 13 se narran los hechos y el desenlace de los mismos: la muerte del hombre escogido como víctima.

Desde luego que es una ceremonia muy distante a nosotros, por la época en que se llevaba a cabo la práctica. Lo que considero inapropiado de este Cantar es que exprese que “… Aquellos escuderos/ peleadores, lo ponen todo/”.

¿Será que las circunstancias en que se encontraba la víctima era un escenario propicio y adecuado para que estos destacados flecheros demostraran su valor, habilidades y destrezas?

Por otra parte, comento: solamente en el Cantar No. 13 se habla de muerte. Siempre me he preguntado si quien ordenó los Cantares conocía el Tarot; específicamente el arcano No. 13, cuya baraja se refiere a la muerte.

 

II

De los planetas que conforman el Sistema Solar, solamente al nuestro no se le asignó el nombre de alguno de los dioses de la mitología grecolatina. Así vemos los nombres que poseen:

• Mercurio, el Hermes de los griegos.
• Venus, la Afrodita griega.
• Marte, el Ares griego.
• Júpiter, el Zeus griego.
• Saturno, el Cronos griego.
• Urano, dios griego cuyo nombre fue latinizado como Uranus.
• Neptuno, el Poseidón griego.
• Plutón, el Hades griego.

¿Por qué quién tuvo la autoridad para designar e imponer estos nombres no incluyó a la Tierra con un apelativo de alguno de los dioses residentes en el Olimpo?

¿Será porque algunos de estos dioses tenían comportamientos y apetitos semejantes a los seres humanos, y que no son muy edificantes; pues los hay parricidas, infieles, incestuosos, vengativos, traicioneros, etc. Y que la Tierra no merecía cargar con el nombre y estigma de esos seres divinos.

Pienso que se le puso el nombre Tierra basándose en algo más cotidiano, en la sólida superficie que pisamos y en que la vida vegetal, animal y humana se desenvuelven. Quizá si hubieran sabido que nuestro planeta es un cuerpo esférico, cuya superficie está cubierta por ¾ partes de agua, el nombre hubiera sido “Planeta Agua”.

 

III

A la cultura griega por sus logros y avances en la ciencia, el arte, la filosofía, la jurisprudencia, etc., se le llegó a conocer como “Maestra de la Humanidad”.

También sabemos de la notable influencia que ejerció sobre la cultura latina. Hubo, sin embargo, algunas expresiones que cada una de estas culturas conservó. Uno de los casos lo vemos entre las características de la cruz romana, los brazos desiguales y la cruz griega con brazos iguales.

Ambas cruces, diferentes en su símbolo y significado. Sabemos el uso que los romanos de la antigüedad le dieron a la cruz, y la trascendencia que ha tenido en la creencia de gran parte de la humanidad, esa cruz, la latina, significa, es la representación de la crucifixión de Jesús. En tanto que la cruz griega es la representación de Dios, simboliza la protección y el equilibrio.

Una cultura muy remota, la sumeria, también en sus sellos cilíndricos, esculturas y pictogramas, exhibe una cruz con brazos iguales. Quizá de aquí pasó a Grecia; probablemente los sumerios hacían alusión de cierto cuerpo celeste, que en algún momento se cruzaba con la órbita de los planetas del Sistema Solar; pues hemos de recordar que mientras los planetas de nuestro sistema giran alrededor del Sol en sentido contrario a las manecillas del reloj, los cometas lo hacen en sentido inverso.