Cierta
vez, fue a visitar al comerciante “Choyo” (Víctor
Alpuche Herrera), a quien le preguntó el precio de
un millar de palmas de huano. Aquél le dijo que costaba
100 pesos, pero que con 500 pesos le daba 5000 palmas puestas
en su casa; Carlos aceptó y se comprometió
a pagarlas al recibir el servicio.
Una
semana después se encontraron en el bar “Monte
Carlo”, y “Choyo” le reclamó a
“Bandolina” el incumplimiento del trato, pues
le había llevado el encargo a la puerta de su casa,
sin recibir lo acordado. Éste argumentó que
no podía pagar, porque no se había hecho lo
que el otro prometió: “500 pesos por 5000 palmas
puestas en su casa”, es decir, en la imaginación
de “Bandolina”, puestas en el techo de su casa.