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Marcelo
Ek Tun nació en el barrio Kucab, en 1930. Tuvo
una infancia muy difícil. De joven vendió
leña para subsistir. También fue fotógrafo;
retrataba a la gente en eventos sociales, a los que
asistía en una elegante bicicleta.
Tocó
el rascabuche y la armónica en algunos grupos,
en fiestas tradicionales de la región. Iba detrás
de “gremios” durante los novenarios de octubre;
en ese entonces, se aficionó al consumo de bebidas
alcohólicas que deterioraron su estado físico
y económico.
La
gente lo nombraba Marcelo Estrella, porque el apellido
maya Ek significa estrella en español. De esa
forma se le siguió mencionando, sin ninguna objeción
de su parte.
Y como
le gustaba comer naranjas ahuecadas por pájaros
carpinteros, Pastor Castellanos Moo (“Moíta”)
le puso el mote de “Chu’hún”. |
De
Izq. A Der.: Federico Gamboa Chi (“Itos”),
Víctor Hugo Trejo Escobar (“Cucaracha”),
Alonso Güémez Cuevas (“Argúndiz”),
Juan Aké (“Juan T’ul”), Sergio
Interián Casanova (“Cocholón”),
Marcelo Ek Tun (“Chu’hún”),
Vicente Ceh Chi y Pedro Pacab Coello (“Ibarra”).
Foto proporcionada por Manuel Pacab Coello. |
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Más
tarde, cayó en una situación deprimente y
para obtener un poco de dinero sirvió de “mandandero”
en un bar. Al mismo tiempo, pregonó tierra negra
para “sembrados”, que recogía en solares
ubicados en el oriente de la ciudad.
Según
él, parte de lo recaudado sería utilizado
en la compra de maíz para alimentar a sus “trabajadores”;
es decir, sepultaba los granos con el fin de que las tuzas
escarbaran y sacaran tierra, mientras él estaba en
la cantina.
Marcelo
falleció en julio de 1996.
Una
de las situaciones curiosas por las que pasó, y que
repetía constantemente, sucedió a mediados
de siglo, cuando ayudaba a las hermanas Socorro, Nidia y
Aida Sánchez González en la tienda de abarrotes
de su padre (Benito Sánchez Herrera).
Una
de ellas le preguntó un día por qué
se hacía llamar Marcelo Estrella, si era Marcelo
Ek. Éste contestó: Si k’a ua ik ten
bix in k’abáh máya, kin uay tech Márcelo
Ek (si me preguntas mi nombre en maya, te digo que es Márcelo
Ek). Ahora, si me preguntas mi nombre en castellano, me
llamo Marcelo Estrella.
Posteriormente,
influenciado por uno de sus camaradas, le agregó
otro final idiomático a dicha expresión: “Y
si me preguntas en inglés: Juats yur neim (cómo
te llamas), te contestaré mai neim is Márcel
Star.” (*)
(*)
El final de este relato es parecido a parte de una crónica
de Edgar Rodríguez Cimé, en el libro “Mérida
sin arrebol” (2000).