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PLACA:
CHE'EN NORIA
Pozo
de forma rectangular donde se instalaba una
noria, maquinaria compuesta de ruedas, poleas,
engranes, cadenas y cubetas, mediante la cual
se extraía el agua a la superficie. Para
su funcionamiento se hacía uso de tracción
animal.
Sistema
heredado de los conquistadores españoles.
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Vocablo
producto del mestizaje del maya y el español
con el cual se le designaba a los pozos (Che'en) que
contaban con la maquinaria de tracción animal
para la extracción del agua (Noria).
Los
pozos para la obtención del agua fueron introducidos
a nuestras tierras por los conquistadores españoles,
sustituyendo el uso de los cenotes, las aguadas y de
los chultunes, estos últimos, construcciones
subterráneas en forma de grandes tinajas, que
a los mayas les servía para almacenar el agua
de las lluvias.
Los
pozos generalmente de forma cilíndrica, con un
brocal de piedras labradas, y de una profundidad promedio
de 12 metros, se construyeron en los patios de las casonas
españolas y en calles y plazuelas, para uso comunal;
ejemplos de estos últimos en la ciudad tenemos:
el ubicado en un rincón del parque de la plazuela
del barrio de San Miguel Kucab, calle 23 y 18; el de
la plazuela del barrio de Kilakán, actualmente
cegado y sin brocal; el de la calle 28 y 27 A, del mismo
barrio, denominado “Elección”, pozo
en forma de prisma cuadrangular, revestido hasta el
nivel de agua con piedras labradas, cerca de un adoratorio
católico de la época colonial; el ubicado
en la confluencia de las 20 A y 29, pozo Xkulpak (Pedazo
de Columna), por estar ubicado al pie de una columna
de muchos años de antigüedad; el de la plazuela
de la calle 18 A y calle 9, del barrio de San Juan,
rodeado de un pequeño y moderno parque.
De
todos ellos, sobresale el pozo construido sobre el cenote
Halim, en la plazuela de Tu'uk' Ka'an, sitio de vital
importancia en la época prehispánica,
por ser lugar de la fundación del cacicazgo Ah
Canul, en 1441, y de su posterior capitulación
ante los conquistadores españoles, cien años
después, en 1541. Junto con la Ceiba, árbol
sagrado de los mayas, y el Arco de estilo español,
levantado en esa misma época, se localiza en
la calle 19 por 24, cerca del centro de la ciudad.
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En la Colonia de Fátima, al
lado del templo católico, sobre una pequeña
loma, se encuentra un pozo de unos 15 metros de profundidad
y, a pocos pasos, al interior de la iglesia, formando
parte de los cimientos, un pequeño pozo de un metro
de hondura, a cuyas aguas se le atribuían efectos
milagrosos que, en tiempos pasados, atraían en
romería a innumerables enfermos en su búsqueda
por la salud.
Con
el paso de los años casi todas las casas contaban
con su pozo, o se compartía uno con los vecinos,
al construirlos en los límites de los patios.
Cuando
se necesitaba contar con cantidades mayores de agua, se
construía la Che'en Noria, en este caso el pozo
era de forma rectangular y de mayor amplitud para darle
cabida a la maquinaria, que consistía en dos ruedas,
poleas y cadenas a las que se le ataban unos recipientes
en forma de medio cubo, que al girar de las ruedas, éstos
se introducían a las profundidades por debajo del
nivel del agua y a su retorno, de salida a la superficie,
vertían el líquido a un canal que lo conducía
hacia unas piletas, en las que se almacenaba o era transportado
mediante cañerías hacia donde fuera requerido.
Alrededor
del pozo, para dar cabida a la noria y para que el agua
corriera por gravedad, se construía un andén
elevado en forma circular, sobre el cual se utilizaba
la fuerza de un caballo, que con su lento caminar, vuelta
a vuelta, hacía accionar la maquinaria.
Las
Che'en Noria de Calkiní se ubicaban: en el huerto
del Convento Franciscano de San Luis Obispo, en el centro
de la ciudad; en la confluencia de las calles 17 y 14
del barrio de la Concepción, cuyo pozo puede ser
visitado a toda hora de todos los días del año;
en el huerto del paraje San Juan, en la calle 18, cerca
de la estación del ferrocarril; la ubicada en el
predio No.111 de la calle 15, en el centro de la ciudad;
en la finca San Antonio Sihó, calle 30 por 19;
en la finca Santa Rita, camino al poblado de Nunkiní;
en la finca Santa Bárbara, camino al poblado de
Tepakán y en Chuc Say, hoy balneario público,
ubicado sobre la avenida que une a Calkiní con
Dzitbalché. El pozo de esta última finca
aún cuenta con su noria, mismos que pueden ser
visitados por quienes tengan interés por conocerlos.
A
mediados del siglo XX, algunos de estos pozos contaban
con sus norias que siguieron siendo utilizados para abastecer
de agua a huertos y abrevaderos, hasta su desaparición
con el advenimiento de las bombas de agua accionadas por
esbeltas veletas, las que por muchos años formaron
parte del paisaje citadino, que a su vez cedieron el paso
a los motores de extracción movidos por gasolina
y actualmente por los de energía eléctrica. |
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Fuente
y foto: Guía "Calkiní: Un recorrido
por su historia" / Fotos: Ernestina Herrera Cuevas;
Santiago Canto Sosa (incluye foto de placa) |
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