Después
de varios años Diego tuvo que regresar a su casa,
pero poco a poco tomó el hábito de hermano
en un monasterio de los "Frailes Menores Observantes"
en Arrizafa.
Después
de su profesión, los superiores lo enviaron a la
misión de su orden en las Islas Canarias, donde
trabajó con éxito en la instrucción
y conversión del pueblo.
Fue
nombrado guardián del cenobio de Fuerte Ventura,
que era el principal de las Islas Canarias, aunque sólo
era hermano.
Después
de permanecer cuatro años en esa ínsula
retornó a España y vivió con gran
fervor y recogimiento en diversos prioratos de los alrededores
de Sevilla.
Posteriormente
se celebró un jubileo en Roma, y como la canonización
de San Bernardino de Siena tuvo lugar ese año,
muchos franciscanos acudieron a la ciudad eterna.
Diego
acompañó allá al Pontífice
Alonso de Castro, lo atendió durante una peligrosa
enfermedad. La diligencia con que asistió al enfermo
llamó la atención de sus superiores, quienes
le confiaron el cuidado de la enfermería del convento
de "Ara Coeli" donde había muchos frailes
enfermos.
Diego
desempeñó ese oficio durante tres meses
y se dice que restituyó milagrosamente la salud
de varios enfermos. Los trece años que le quedaban
de vida los pasó en su natal España, sobre
todo en los manasterios castellanos de Salcedo y Alcalá.
En
1463, hallándose en el pueblo de Alcalá,
le sobrevino su última enfermedad. Cuando estaba
ya moribundo, pidió una cuerda como las que usan
los franciscanos para ceñirse, se la echó
al cuello, tomó en sus manos el crucifijo y pidió
perdón a todos su hermanos.
Enseguida,
fijando sus ojos en el crucifijo, repitió con gran
ternura las palabras del himno de la cruz; "el alma
a Dios dulce esclavos, dulce pondus sustinet", y
expiró apaciblemente.
Era
el 12 de noviembre, el rey Felipe II, que obtuvo un milagro
por intercesión del hermano Diego a favor de su
hijo, solicitó su canonización que tuvo
lugar en 1588, fue motivo de grandes fiestas en España.
En
vida se le atribuyeron varios milagros que se multiplicaron
después de su muerte.
En
esta localidad de Nunkiní, perteneciente al municipio
de Calkiní, estado de Campeche, fue traída
esta imagen por los habitantes de este pueblo que les
fue entregado en la ciudad de Tekax, Yucatán, quienes
lo cargaron y lo trajeron caminando atravesando selvas
de los dos estados en un lapso de tiempo de dos meses
a principios del siglo XX.
Desde
entonces es el santo patrono de los nunkinienses y en
la actualidad se le dedica 32 gremios en su honor, que
comienza con su bajada de su nicho el 3 de noviembre y
finaliza con su subida de nueva cuenta en su oquedad el
3 de diciembre, lo cual consta de la siguiente manera:
son 30 gremios organizados por los adultos para enaltecer
a las familias y 2 gremios dedicados a los niños
también para honrar a los retoños o vástagos
de las familias.
El
primer gremio infantil entrará igual con el gremio
mayor, a mediados de este mes de noviembre; y el segundo
gremio infantil, que lleva por nombre "LOS DISCÍPULOS
DE SAN DIEGO DE ALCALÁ", entrará la
última semana de este mes junto con el gremio mayor
de este día. |