Doña Emma nació el 4 de enero de 1915, en Halachó, Yucatán. Al quedar huérfana de madre, su papá la entregó a sus padrinos de Calkiní, Teófila Herrera y Narciso Cuevas, quienes la crecieron junto con sus demás hijos. De joven se fue a trabajar a Mérida; se casó con Manuel Cervera y juntos desempeñaron varios oficios para sostener y educar a sus cuatro hijos: Socorro, Gloria, Carlos y Elda.
Años más tarde, se traslada a Estados Unidos a trabajar en los campos agrícolas del Estado de California; estando ahí, llevó a su esposo e hijos donde hasta ahora trabajan; Emma, ya jubilada, regresó a Mérida a vivir.
Hace casi un año regresó a Calkiní, donde expresó que quería pasar sus últimos días en esta tierra que la cobijó de pequeña y en sus años de juventud.
Al cumplir 100 años el Gobierno de Estados Unidos la localizó en Mérida, y le entregó un Reconocimiento por su noble labor de apoyar en tiempos de guerra a los soldados que luchaban en Vietnam y Korea; ayudó a empaquetados y cartas de apoyo. El Reconocimiento fue firmado por el Presidente de Estados Unidos, en aquel tiempo Barack Obama.
Hoy, a las 12:00 del mediodía, se ofreció una Misa de Cuerpo Presente en el templo de San Luis Obispo, oficiada por el Pbro. Ricardo Partida; después, se le dio el último adiós en el Cementerio de esta ciudad.
Partió al viaje sin retorno; un ejemplo de mujer luchadora, trabajadora, que supo abrirse paso en la vida, para darle sustento y educación a sus hijos. Se fue la guerrera incansable hacia otro mundo, donde gozará de la paz del Creador.
Mi eterno recuerdo y agradecimiento a Emma Lara. Descanse en paz. |