Calkiní, 3 de enero de 2017
 
Presentación del libro "En un jardín" de Ramón Iván Suárez Caamal

Por Teresita Durán Vela

 

El viernes 16 de diciembre de 2016, en el Auditorio "Hernán Loría" de la Secretaría de Cultura, y en el marco del Festival del Centro Histórico de la ciudad de San Francisco de Campeche, se presentó el libro de poemas "En un jardín", del escritor campechano Ramón Iván Suárez Caamal.

Tuve la honrosa oportunidad de hacer los comentarios de la obra, mismos que comparto con ustedes mis amables lectores.

Dice el crítico Juan Domingo Argüelles:

Me  temo, no hay poesía ni poetas para niños. Lo que hay es que, por sus características lúdicas, se puede dialogar mucho más fácilmente con los niños”.

Difiero con esa opinión, porque en los poemas de Ramón Iván el lector encuentra versos que invitan a dialogar, ritmos, música, imaginación y colores que se aprecian a través de los matices de la voz y la rima.

Él es un auténtico poeta para niños, así lo ha demostrado en sus innumerables libros Al abordaje, Jugar, Tris tras, Cuna la media luna, En un árbol la canción, Huellas de pájaros, Pregúntale al sol y te dirá la luna, Un árbol florece sueños, entre otros… y ahora En un jardín.

Esta primera edición estuvo a cargo de la Secretaría de Cultura del Estado de Campeche. Con ilustraciones coloridas de Mía May. Sus rimas conquistan a chicos y grandes. Entre paisajes cercanos y mundos imaginarios, los 30 poemas hacen el mejor concierto entre las páginas de este libro.

Sensibilidad e imaginación impregnadas por el autor, tienen un efecto multisensorial: sus tonalidades auditivas escapan de las caracolas; movimientos coordinados, acordes al compás de la melodía, texturas rugosas o lisas se aprecian en la piel de los animales, en las suavidad de los colores del arco iris y en las miradas de las rayas del tigre, los rombos de la tortuga y de la elasticidad de la oruga.

El yo lírico de Ramón Iván transporta a un viaje extraordinario por las nubes, una parada en la hermosa primavera…  te lleva al zoológico a contemplar el guardarropa de los animales y a vestirse de  colores cada día.

Sin duda, En un jardín es un florido paisaje; además de multicolor, es fresco, natural…

Las aves lucen sus plumas,
los peces visten escamas…
Quisiera saber ahora
cómo será mi pijama.

¿Tendrá las rayas del tigre,
los rombos de la tortuga,
el terciopelo lustroso
conque se cubre la oruga?

¿En qué se inspiró el poeta?

En horas interminables de observación, de curiosidad por descubrir las cualidades de los animales, para describirlas con rimas y hacer de cada estrofa un cuarteto armonioso.

El autor invita a un paseo por el campo, caminar entre piedras para saludar y cantarle a la iguana; mirar hacia las ramas de los árboles para encontrar a la guacamaya entre el verdor de la fronda. Esperar la despedida del sol para dar la bienvenida a la libélula, adormecer a la oruga o acunar al gato.

El poeta Ramón Iván tiene un generoso corazón de niño; es cantor y artista con las manos, pues con ella, su lápiz baila y baila en el papel, a veces pasea en bicicleta, abrazado de la luna, llevando unas perlas japonesas.

El poeta regresa a casa y recuerda su infancia, sus juegos, mascotas, anécdotas, arrullos, canciones de cuna, fantasías y las envuelve magistralmente con las estrofas; las adorna a veces con rimas y a veces no, las regala para todos, en este libro bellamente ilustrado por Mía May.

El tono poético infantil del corazón del hombre esconde la curiosidad y el eco del canto del niño que habita en él. Me  encanta esa magia. Aparece y desaparece, pero sigue ahí, muy cerca de las manos:

Cuando se tocan
pulgar con índice
picos de pájaros
cantan felices.

Abres tres dedos:
lindo penacho.
¡Qué guacamayas
hay en tus manos!

Los niños viven con nosotros, nosotros somos parte de su mundo, ese mundo que acompañamos a descubrir; no viven como nosotros, entre la realidad y la fantasía, ellos son seres maravillosos, sorprendentes, que conquistan y hechizan con sus sonrisas. El niños crea para descubrir su entorno.

Este poeta de mi tierra escribe regalos, sonidos para los sentidos, recrea objetos, animales, emociones, travesuras, conocimientos… ofrece en cada poema, una mirada al niño para admirar la generosidad de la naturaleza y escuchar los sonidos a través de los juegos.

Un calcetín en la mano,
¿será que me equivoqué?
En las manos se usan guantes;
calcetines, en los pies.

El juego

Jugar con los sonidos y con la imaginación, es la invitación abierta a quienes tengan este libro entre sus manos.

Una palabra llama a otra, se entrelazan y danzan al compás de la sinfonía.

Doña Catarina
tiene sarampión,
mi pobre vecina,
¡ay, que comezón!
 
Doña Catarina
viste camisón
con bolitas finas
color bermellón.

El ritmo y la melodía del verso embelesan el oído del niño. La poesía tiene su propio ritmo; ciertos versos parecen caminar, galopar, tro­tar, correr, andar de puntillas.

En un jardín es una orquesta mágica, sus notas animan y conquistan.

Como afirma el autor de este libro:

“Escribir para niños nace de escribir desde el niño que somos y nunca dejaremos de ser. Conlleva su dosis de asombro, inocencia, curiosidad, descubrimientos, humor, aventura, musicalidad, travesura lúdica de sonidos y de significados”.

Esa canción la conozco,
la escucho día tras día.
¿Qué pajarillo es aquél         
en el árbol de la vida?

La infancia es la edad ideal para entablar una relación duradera y enriquecedora con la naturaleza y la literatura.

En un jardín… es un libro fantástico:

-Estimula la imaginación
-Amplía el vocabulario
-Favorece el reconocimiento sonoro gráfico
-Fomenta el gusto por la lectura
-Es un medio para transmitir valores y cultura

Palabras finales

En  un jardín es una contribución valiosa para la  literatura en lengua española, particularmente al género de la poesía para lectores infantiles y juveniles. Un libro mexicano para el mundo. Un referente para continuar labrando en el campo poético, expresiones y formas creadoras para aprender a mirar, sentir y vivir.

Los versos musicales del maestro Ramón Iván arrullan a los pequeños y no muy pequeños -y hasta uno que otro adulto ríe a carcajadas-, rimas y rimas columpiándose.

La obra de un escritor campechano, poeta hispanoamericano universal, invita a atesorar la grandeza lírica de sus virtudes; acercar a nuestra niñez a explorar el mundo fascinante de las palabras, para que sean devoradores de libros y escritores sensibles capaces de expresar con libertad sus pensamientos y sentimientos.

Invitación para padres y educadores, construir mundos imaginarios, tejer canastas con los hilos de la palabra y ¿por qué no? subirse a una alfombra para viajar, haciendo escalas en cada nube, y desde ahí admirar el verdor de los petenes y el azul de nuestros mares. Campeche es nuestro hogar.

El poeta amigo es luz viva en el sendero de otros caminantes, aprendices, con trayectoria o sin ella, su palabra ilumina.

 
 

 

Texto: enviado por Teresita Durán Vela, 3 de enero de 2017 ,/ Fotos: tomadas de la página de Ramón Iván Suárez Caamal en Facebook