Calkiní, 22 de abril de 2009
 
Nuestro planeta en peligro
 

Nuestro planeta es una gran aldea; en ella habitan cientos de miles de seres vivos, uno de ellos pertenece a la raza humana; es decir, existe diversidad de especies de flora y fauna en toda la esfera terrestre.

La tierra es uno de los planetas del sistema solar y es la casa de 6000 millones de personas, aproximadamente. Posee infinidad de bellezas escénicas, sitios mágicos que se convierten en fuente de nuestro ser y en una reverencia por la vida.

 

Ante los ojos de la humanidad, ofrece innumerables paisajes que alimentan las capacidades sensoriales de los hombres; es también, el entorno –por excelencia- cuya generosidad hace posible la vida de plantas, animales y personas.

Nuestro planeta es el espacio que permite la vida, crecimiento y desarrollo de la biodiversidad. La celebración del “día de la tierra” –cada 22 de abril- es pretexto para unir el pensamiento y las acciones de todas las culturas del mundo, tomar conciencia y participar activamente en la conservación del ambiente y la salud del planeta; preservar su belleza y la calidad de la vida de sus huéspedes. El “día de la tierra” surge como necesidad de conservar los recursos naturales.

En la actualidad, la abundancia de sus elementos están severamente lastimados: reducción de la capa de ozono, lluvia ácida causada por dióxido de azufre, basura, contaminación de suelos, aguas, atmósfera; explotación demográfica, deforestación y la extinción de especies, son algunas de las causas del deterioro agresivo del planeta. Si bien, la situación es alarmante, también es tiempo de que cada ser humano actúe responsablemente para salvar nuestra casa. Al proteger nuestro hábitat, cuidamos el lugar donde vivimos, la región y en forma global el planeta. Cada rincón de la superficie es una porción vital, por eso, todos estamos obligados a participar, para detener la agresión que a diario generamos; a pequeña escala, cada persona es capaz de hacer algo a favor de la conservación de la vida; cada familia puede empezar por cuidar su entorno inmediato y ofrecer a sus integrantes hábitos buenos y educación ambiental.

Por otra parte, los gobernantes tienen recursos administrativos y la capacidad intelectual para implementar programas integrales en beneficio de la educación ambiental; en realidad, todos –sin importar condición- somos responsables del estado físico de la tierra, todos necesitamos un espacio, comida y energía para vivir, por tal razón, estamos obligados a cuidar lo nuestro.

Si bien, las secuelas de los eventos meteorológicos, sequías prolongadas, deshielo de glaciares, temperaturas altas y el crecimiento peligroso de la capa de ozono, son amenazas latentes que están alterando los procesos y la evolución natural de fenómenos y la vida de las especies; no podemos tapar el sol con un dedo, el daño ambiental está causando estragos en los continentes y centros poblacionales. Los problemas en la producción de alimentos y el crecimiento poblacional son constantes que se agravan y en consecuencia, la realidad se torna caótica. Es tiempo de actuar positivamente para salvar el planeta.

Amable lector, con voluntad y determinación, podemos realizar acciones sencillas pero valiosas. Como por ejemplo:

• Plantar un árbol: alegra tu hogar, el entorno y la vida.
• Organizarse en familia, con los amigos, vecinos o compañeros y dedica unas horas al lugar donde vives o trabajas.
• Dejar vivir a las plantas y animales.
• Caminar.
• Reciclar la basura, dona la ropa que no uses.
• Ir de paseo a un parque o reserva natural; disfrutar la naturaleza.

¿Qué mejor manera de celebrar el día de la tierra, admirando la belleza más original y vital? La tierra es un planeta colosal: su cielo protege, las aguas llevan vida, el suelo con sus nutrientes, alimenta; el aire obsequia esbozos de tranquilidad, la naturaleza en su conjunto, es una maravillosa creación.

San Francisco de Campeche, Cam. 22 de abril de 2009.

 
 
 
Fuente: Texto enviado por Teresita Durán; abril de 2009 / Foto: http://office.microsoft.com/es-mx