
Se
estima que el asentamiento del linaje Canul, se ubicó en un lugar
que se denominó U tuuc caan (un rincón del cielo), en la
actual ciudad de Calkiní. Esto sucedió entre 1441 y 1443, después
de la destrucción de Mayapán. Luego de este acontecimiento, los
Canul fundaron pueblos aledaños.
Los
integrantes de aquel linaje fueron Tzab, Kin, Dzun, Paal, Sulin,
Nahau, Dzan, Nabich y Chace o Chacal Canul.
En
1541, Francisco de Montejo (el Mozo) entró a la población que Tzab,
el mayor de los nueve hermanos, había nombrado como Cal-k'in
(garganta de sol o garganta de sacerdote), y sometió a los indígenas,
que lucharon por mantener invicto su territorio de los invasores
españoles.
A
partir de entonces, se abrieron templos y conventos franciscanos.
Se levantaron edificios y se forjaron imágenes cristianas en sus
paredes. A pesar de ello, los habitantes no perdieron sus costumbres
y creencias mayas, cuyo idioma aún se conserva en buena parte del
municipio. Fueron apareciendo sobre el surco ideológico otras formas
de sentir e interpretar la realidad.

El
14 de febrero de 1824, el pueblo de Calkiní fue declarado villa.
En 1858, se adhirió a la geografía del Estado de Campeche.
Calkiní
recibió su título de ciudad el 30 de noviembre de 1918. Tiempo después,
la superficie se cubrió de escuelas y parques; se abrieron espacios
para el deporte y la recreación. La luz eléctrica iluminó los rostros
de la gente, al asomar en lugares públicos y en antiguos edificios
de mampostería y coloxché.
Dzitbalché
fue declarada villa por Decreto No. 59 de la XIX Legislatura del
Congreso del Estado, expedido el 11 de octubre de 1901. 100 años
después, la LVII Legislatura le otorgó la categoría de ciudad, por
Decreto No. 86.
Poco
a poco, las poblaciones del Municipio buscan afanosamente el mejoramiento
de los servicios básicos. A pesar de la escasez de recursos económicos,
los habitantes creen en el progreso cultural y van detrás de nuevos
cauces por dónde guiar sus propósitos.
CANTO
SOSA, Santiago. Municipio de Calkiní. Breve descripción.
Calkiní, Cam. 2001. 64 p. / Fotos: Francisco Cauich Pat (Alpha) |