Hoy
amanecí con alma de gato,
piel oscura destintada;
levantando la cola saludo espectros.
A
garabatos llego a espiarte,
flor de mayo, en octubre lirio
que se mece en la hamaca tendida
sobre el pico de un ruiseñor nocturno.
A
colmillos intento sacarte del agua,
pellizco tus pupilas y relampaguean
como bigotes crecidos en la carátula.
Entre
mis oídos danzan las notas
del sax que implora descanso
agargantado de las patas.
Siete
veces levanté la cola
y siete veces te vi partir;
siete veces maullamos
y otras siete bostecé
sin ti, felina de la noche.
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