El Corazón de Ah' Canul - 73
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¿Cuándo reabrirán las escuelas?
Estela Hernández Sandoval
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Foto: Santiago Canto Sosa. Calkiní, 2010.

 

El COVID 19 nos agarró desprevenidos y nos obligó a cambiar nuestro sistema de vida y, así hemos estado, reformulando nuestro modo de vivir.

Llegó la vacuna y con ella la esperanza de vida impulsora del retomar algunas acciones, aunque de otra manera, y en nuestra mente y cotidianeidad nos preguntamos, cuándo reabrirán las escuelas.

Ya no puede ni debe prolongarse más el cierre, por lo menos las de educación básica, so pena de agravar el impacto negativo en la capacidad de aprendizaje de las y los estudiantes, principalmente de los más vulnerables, los marginados, de aquellos que desde antes de la pandemia se les veía como sujetos en riesgo.

Entre más tiempo se prolongue el cierre de las escuelas, más difícil es que estas niñas, niños y jóvenes se reincorporen a las instituciones educativas y, en cambio, se incrementen los embarazos no deseados, los matrimonios a corta edad, los riesgos de caer en situaciones sociales conflictivas, en suma, deserción y más deserción escolar.

Ciertamente que los docentes, en su mayoría, han sabido afrontar con dignidad, responsabilidad, vocación y empatía las demandas planteadas por la pandemia y transformaron su práctica docente. Muchos de ellos sin poseer las capacidades tecnológicas digitales suficientes afrontaron el compromiso de las clases a distancia y así han estado ya, poco más de un año.

Sin embargo, por diversos factores, este esfuerzo no beneficia a todo el estudiantado, lo que afecta, indiscutiblemente a todos, pero especialmente a los que menos tienen. Es un secreto a voces que, por ejemplo, de un grupo de 25 alumnos sólo 8 o 9 se conectan a una videoclase o que, en el caso del manejo de fichas impresas, opción manejada prioritariamente en el estado de Campeche, un buen número de alumnos no las trabaja, ya por los costos que implica, por la pérdida de interés en el estudio, o ¿por qué no decirlo? Por la aridez de las actividades a realizar, desvinculadas de una mínima aplicación o práctica, y, también, por inconsistencia en las mismas y otras cosas más que sería largo enumerar.

Sabido es que la interacción social es fundamental, principalmente en la adolescencia, y que este contacto de unos con otros aporta bienestar socioemocional en cualquier etapa de la vida; siempre tendrán más aceptación, las clases presenciales por el “calor” que aporta la relación de persona a persona, sin mediación de una máquina. La interacción en el aula incentiva el aprendizaje y hace crecer a la persona, pero, cuando ya, aún con temores, nos estábamos preparando para las clases presenciales generalizadas, porque hace una semana abrieron 137 escuelas como preludio de reapertura total, nos llega la noticia de un rebrote en el estado de Campeche del COVID, con una nueva variante y, aunque el número de casos no es elevado, sí ha cundido la alarma por la experiencia tenida con este virus.

¿Qué hacer con la pretendida reapertura generalizada de escuelas?

Hay que analizar muy bien la cuestión y tomar las mejores decisiones en cumplimiento del derecho a la educación que tienen niñas, niños y jóvenes y que pese a lo que se diga, no se ha efectuado.