El Corazón de Ah' Canul - 62
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E D I T O R I A L
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Nuevamente la revista U´ PUUK’ SIK’AL AH CANUL A.C abre sus persianas en la entrega de acontecimientos escondidos en la inmensidad del tiempo, para darlos a conocer en su variopinta temática e invitar a los lectores con el anzuelo de la curiosidad para remover el hoy y los tiempos idos en la historia, y si acaso humedecer el alma con un chorrito de cultura e intuiciones futuristas.

No cabe duda que Calkiní aún conserva chisguetes del pasado que bien valdrían la pena conocerlos, pólvora y acero en Dzitbalché en el ayer por diferencias políticas entre Campeche y Yucatán, y en Calkiní la firma comprometida de un convenio a cargo de comisionados peninsulares en el cual Campeche adquiere la categoría de estado; una sorprendente metáfora azteca del aguacate y su parafraseo divertido en la vida escolar; la esencia ética del respeto como valor inalienable y fundamental, necesario para la formal convivencia social, ya de por sí sangrada, en la sociedad actual; los entretelones de una política abusadora para favorecer los intereses políticos del Tío Sam en perjuicio de nuestro país que a duras penas intenta salir de la sima de la mediocridad; un reconocimiento docente a un dzitbalchense por una larga carrera de sacrificios y glorias alcanzados; reclamos justos y respetuosos de la asociación sobre un problema de vialidad no atendido en su justa dimensión, entorpeciendo la fluidez de tránsito que si no se atiende con prontitud puede resultar funesto; un libro bosquejado que enaltece a Calkiní en sus cien años de haberse titulado como ciudad; y por último, una semblanza parroquial, incluyéndose una mención histórica de actos irreverentes cometidos en sus entrañas en épocas de guerra en el encuentro de Ortiz Argumedo y Salvador Alvarado Rubio.

En fin, una simplificada revista que revive la historia nuestra y estimula su lectura, y a la vez, un rebato de campanas sobre asuntos adecuados para la investigación educativa escolar o docente, y un recreo para toda esa gente lectora que quiera descubrir lo que guarda en su seno esta tierra solariega, Calkiní.