El  15 de octubre de 2016 falleció Jorge Ramón Pech Salazar, mejor conocido como  "Gito Pech", el hombre de la palabra elegante y señor de los  escenarios, conductor de eventos de cualquier índole, como en los últimos años.  Apenas el 6 de diciembre de 2015 concedió una entrevista a quien esto escribe,  en donde -en la tranquilidad de su hogar- nos recibió y nos relató gran parte  de su vida, de profesión profesor de educación física (estudió en la Escuela de  Educación Física de Villahermosa, Tabasco).
                        Recién  egresado de la escuela se fue a trabajar a Culiacán, Sinaloa; ahí fue  invitado a jugar con el equipo "Tomateros de Sinaloa", donde logró  destacar por su destreza en varias posiciones del campo.
                        Más  tarde, a invitación del ex gobernador Eugenio Echeverría Castellot, vino a  reforzar al equipo de la "Selección Dzitbalché", enfrentándose al equipo  de "Seybaplaya" de la Liga Campechana, donde se coronaron campeones.  De ahí, el ex gobernador lo trajo a su estado natal, donde siguió apoyando al  equipo de su tierra natal. Laboró en las escuelas de Pomuch, y "Carlos R.  Menendez" y "Cabalán Macari" de Hecelchakán, que fue en un  homenaje cívico donde le dieron el micrófono y de ahí inició su camino como  conductor de eventos.
                        Jorge  nació el 6 de diciembre de 1950, en Dzitbalché. Sus padres fueron Gilberto Pech  Pérez y Adela Salazar Medina; Él fue el tercero de sus hermanos:  Guillermo, Gilberto, (Jorge), Adela y Carlos Fernando. Sus hijos son: Nilda  Jezabel, Roberto Carlos, Yeny y Erika Guadalupe.
                        Jugó  con grandes peloteros de su tiempo como "El caballo de Hierro", Pilar  Rodríguez; Milton González; Roque "El Pulpo" Sánchez Espadas;  "El Chivo" Rafael Pacheco; y muchos más.
                        Recibió  en vida muchos Reconocimientos, tanto de pelotero como de conductor de eventos.  Estaba agradecido por la gente de Calkiní, que es respetuosa de sus tradiciones  y de gente preparada. "Gracias por adaptarme a ustedes..." -me dijo  en su entrevista.
                        Su  voz ha quedado en los escenarios de esta ciudad, ya no se volverá a oír esa voz  elegante, ceremoniosa, elocuente y culta; cientos de calkinienses nos  acostumbramos a su voz, esta voz se ha apagado, ya nadie ocupará ese lugar que  logró ganarse a pulso en la historia de la ciudad.
                        Descanse  en paz, don Jorge, el "Señor de la palabra..."; como él me dijo:  algún día estaré conduciendo desde quién sabe dónde...