El corazón de Ah' Canul - 31
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La reforma energética
Estela Hernández Sandoval
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Actualmente en nuestro país se están proponiendo e implementando reformas cuyo impacto será trascendental en el desarrollo de la nación. Se hacen reformas constitucionales y se emiten las respectivas leyes reglamentarias; tales acciones suscitan controversias, inconformidades como en el caso de la Reforma Educativa que va saliendo a duras penas, pero va en camino. La otra reforma, llena de controversias por su importancia capital, se llevará a votación en los primeros días del mes de septiembre, la Reforma Energética.

Esta reforma dirigida principalmente al petróleo, pretende que éste deje de ser manejado por un organismo descentralizado (PEMEX), para convertirlo en una empresa en la que participe la inversión privada; según se dice con la finalidad de hacerlo más productivo, por la tecnologización que se utilizará y los recursos económicos que se invertirán para explorar y explotar nuevos yacimientos, de los muchos que tenemos, se nos dice, incluso los que se hallan en aguas profundas.

Si hacemos un poco de memoria, igual medida, la de dar apertura a la inversión privada se llevó a cabo con Ferrocarriles Nacionales de México, y en ese entonces se dijo que era para eficientarlo y con ello ofrecer mejores servicios al público, ¿resultado? No sólo no se cumplió con lo prometido, sino que no se les ve más por ningún lado, salvo como medio para transportar carga, sobre las mismas viejas vías que a cada rato propician descarrilamientos.
Otro ejemplo de privatización –o de “apertura a la inversión privada”−, lo tenemos en la Banca a la cual, poco tiempo después de entregarla a particulares, estos se declararon en quiebra y el capital, por arte de magia “desapareció” y hubo que hacer lo que llamaron un “rescate bancario” con el dinero del pueblo mexicano. Los bancos siguen en manos de los que ocasionaron la debacle financiera: españoles, ingleses, japoneses, entre otros, ¿y el pueblo mexicano? Pagando lo que otros se llevaron cómodamente.

Los motivos para ofrecer apertura a grandes inversionistas transnacionales, en el rubro petrolero, dice el gobierno y allegados partidarios de tal medida, es necesaria para el desarrollo nacional, ¡buenos samaritanos estos inversionistas que sacrificarán sus intereses y ganancias para permitir el crecimiento económico e incrementar los beneficios del pueblo mexicano!

Una de las metas del Plan Nacional de Desarrollo de la actual administración federal se intitula México Próspero y su contenido dice se “busca proveer condiciones favorables para el desarrollo económico”. Cabe preguntar, para analizar, si de verdad se cree, a pie juntillas que la presencia de capital extranjero en la explotación de recursos nacionales del subsuelo nos van a dar estabilidad económica.

En la época porfiriana, ferrocarril, minas, petróleo, banca, entre otros, estaban en manos extranjeras −estadounidenses, inglesas, alemanas, japonesas−, la riqueza producida no era del todo nuestra, el pueblo, era pobre, tenía hambre −como hoy−, la inestabilidad económica generó inconformidades que sabemos a qué condujeron. Quien no sabe su historia o no la recuerda… esperemos que no suceda.

Según reportes fidedignos, PEMEX contribuye con el Estado mexicano con ingresos cercanos al 40%, del total del presupuesto federal ¿acaso piensa Enrique Peña Nieto que los inversionistas transnacionales le van a dar más que eso o es que el actual gobierno está pagando factura al viejo estilo?

El petróleo es, actualmente, según los entendidos, la industria que más capital y más producción genera en beneficio de nuestro país, entonces, cual es el empeño de aperturarlo a grandes inversionistas transnacionales, es ilógico.

Bien valdría implementar otras estrategias para que este recurso energético siga siendo nuestro, tal y como claman numerosas voces a las cuales me uno, como por ejemplo: modernizar PEMEX, dejarlo respirar sin someterlo al saqueo gubernamental del que está siendo objeto; reconfigurar su funcionamiento, revisar su estructura administrativa y organización, incluyendo su sindicato, pues no es aceptable que los miembros de una familia gocen de los altos dividendos que poseen simplemente porque el jefe de ella está en el lugar en que está; no exportar crudo, establecer las industrias necesarias para refinarlo, PEMEX es una de las empresas mexicanas, del mundo, más rentables, produce suficiente economía, si no se le saquea, puede autofinanciar las mencionadas refinerías. EL PETRÓLEO ES DE LOS MEXICANOS.