Ha llegado el año 2013, y conforme a nuestras tradiciones y costumbres, y sobre todo porque es una convicción que surge desde lo más profundo de nuestro ser, aprovechamos este período para expresar nuestros mejores deseos de bienestar y prosperidad a todos nuestros lectores, a nuestros colaboradores, a nuestros suscriptores y a nuestros patrocinadores, y hacemos votos porque ese esfuerzo y esa buena voluntad que nos han venido brindando continúe para seguirle dando vida a nuestra publicación bimestral, cuyo propósito no es otro que ser un medio de expresión de ciudadanos que desean compartirnos sus conocimientos, reflexiones, ingenio y sugerencias tendientes al beneficio común.
La llegada del año nuevo es también motivo para hacer un breve alto para valorar nuestra existencia y ver lo alcanzado y lo que aún queda por hacer en pro del logro de nuestros objetivos personales, familiares y comunales.
Como ya en otras ocasiones lo hemos mencionado reiteramos la necesidad de convencernos de lo valioso que son las facultades de que estamos dotados, y haciendo el adecuado empleo de ellas podremos alcanzar nuestros propósitos. No nos sintamos inermes o presa de las circunstancias. Tenemos los elementos para adecuarlas a nuestros fines y aprovecharlas.
Si algo no está resultando como deseamos, es momento de revisar los puntales que sostienen nuestra existencia, como son los pensamientos, las creencias, los hábitos, las declaraciones que hacemos, el contenido de nuestro lenguaje, pues tan importante es cómo nos comunicamos con los demás, como el lenguaje intrapersonal, esto es, la forma como nos comunicamos con nosotros mismos, con mi yoidad; y lo que haya que impulsar, adelante; y lo que sea necesario corregir, habrá que armarnos de valor y hacerlo.
Veamos el futuro con optimismo y estemos con la actitud necesaria para que este año pinte bien. |