El corazón de Ah' Canul - 12
 
No. 12
Chispazos Deportivos
Isauro I. Herrera Blanqueto
 

Por fin! Concluyó la 29 edición de la Liga Estatal Campechana de Béisbol después de una laaarga temporada que tuvo de todo menos la calidad de ediciones pasadas. El pronóstico se cumplió. Desde el inicio se dio como favorito para ser Campeón al equipo "CAFES "de esta ciudad en razón de que los contrincantes no "armaron "equipos con alto nivel de competencia. Sin demeritar al de casa que, prácticamente, conservó a sus elementos de la edición anterior, como se dice en el argot deportivo, sin despeinarse pasó sobre los "PIRATAS "de Villa Madero, su contrincante en la Serie Final, que no dieron batalla; que sin pena ni gloria (más pena que gloria) se dieron el "lujo "de disputar la gran final de esta edición.

Después de 12 años, desde la temporada 1997-98, los "CAFES" vuelven a ser campeones de la Liga Estatal Campechana de Béisbol. Varios de sus elementos obtuvieron trofeos individuales, entre ellos: Alex Rodríguez, Novato del año; Nelson Barrera Jr., Campeón de bateo y Home-Runs y José Cueto, Campeón de pitcheo. FELICIDADES CAMPEONES!

¿Por qué se llama el equipo "CAFES"?

Corren algunas versiones; pero la más difundida y aceptada como "oficial" es la siguiente: Cuando se integró el equipo, a principio de los años 70, la directiva tuvo la visión de que sería el digno heredero de la tradición beisbolera de Calkiní. Una escuadra bien integrada, organizada y con uniformes acordes a su calidad. Se contactaron con una casa deportiva de la ciudad de Mérida, para su confección. EN aquel entonces el medio de transporte más utilizado era el ferrocarril. Ya en Mérida, el propietario de la casa deportiva, conocido y amigo de la directiva, los atendió, como se dice, a cuerpo de rey, y entre los refrescos y las botanas se hicieron los arreglos: se eligió el mejor diseño, la cantidad de uniformes, la fecha de entrega, etc., etc.

Los integrantes de la directiva, felices de la encomienda cumplida, retornaron a Calkiní. Pero se había olvidado un detalle. Los uniformes no tenían nombre. En la euforia de ese día se barajaron varios pero no concretaron alguno quedando pendiente de avisar. Cumplida la fecha de entrega el sastre al no tener aviso y ante el compromiso de enviarlos a esta ciudad, tomó una decisión: los uniformes estaban adornados con vivos cafés que los hacían muy vistosos así que ordenó que se estampara ese nombre con la esperanza de no contrariar a la directiva y a los aficionados. No se equivocó. Son más de 30 años que el equipo representativo de esta ciudad, por obra y gracia de un buen amigo, lleva con orgullo el nombre de "CAFES" de Calkiní.