El corazón de Ah' Canul - 10
 
No. 10
La participación de la mujer mexicana en la Independencia y en la Revolución
Estela Hernández Sandoval
 
 

Numerosos son los eventos programados con motivo del Bicentenario de nuestra Independencia y el Centenario de nuestra Revolución, considero que más que entregarnos a festejos por todo lo alto, ambos eventos deben ser vistos como una oportunidad para preguntarnos: ¿Quiénes somos? ¿Qué nos ha llevado a donde estamos? ¿Qué tan satisfechos nos sentimos de nuestros logros como nación?, y reflexionar profundamente qué nos implica ser mexicanas y mexicanos y el prototipo de ciudadanos que queremos ser.

Los momentos históricos que nos proponemos festejar son de gran importancia en el desarrollo de nuestra nación y ambos fueron posibles por la participación de hombres y mujeres que conjuntaron acciones y voluntades, tanto cuando se entretejieron las raíces de la nacionalidad mexicana como en el proceso en que se modificó el escenario social y político del país. En el hecho ocurrido en las primeras décadas del siglo XIX, la sed de igualdad, el no aceptar a supremacía de los no nacidos en este suelo americano, es compartido por hombres y mujeres por igual.

Desde el inicio de las acciones independentistas la mujer es miembro activo en las reuniones conspiradoras y colabora en la planeación y organización del gran evento, estallado éste, sostiene de su propio peculio los gastos del movimiento insurgente; más atrevida y aguerrida aún, se lanza a hacer proselitismo incluso entre las mismas filas del ejército realista. En ningún caso le importa ser privada de la libertad, ni siquiera con un avanzado embarazo, que sus bienes sean confiscados o sufrir el acoso y acechamiento por casi toda una vida. Anda en la brega por sus ideales como persona y miembro de una nación. Lucha con dignidad y aplomo en esta contienda aunque sea salvajemente torturada tratando de que denuncie coconspiradores, más para ella carece de peso el saber que de no confesar lo pedido, será fusilada.

La Revolución Mexicana, primera revolución social del siglo XX, también es escenario activo para gran cantidad de mujeres y así lo testimonian fotos, documentos históricos, relatos y canciones populares. A veces empuña un arma, incluso dentro y desde su hogar, otras es soldadera hija, esposa, madre, amante del hombre que, como ella, se ha levantado contra la injusticia de un régimen dictatorial; siempre lista para el combate. "Adelitas" símbolo de miles de mujeres-soldado que acompañan valientemente a su hombre en la refriega, pero además, y fundamentalmente desempeña las mismas tareas que ellos, ora telegrafista, correo, enlace, propagandista, enfermera, despachadora de trenes, en suma, combatiente totalmente activa y “...cuando un hombre caía era sustituido por una soldadera, quien con su arrojo demostraba más audacia que los hombres..." así lo cuenta Félix Molina Lara, miembro del Batallón FIELES OE HUIVIRUS, testigo fiel de la contienda. Esta es la mujer soldadera, comprometida con sus ideales de un mundo mejor para ellas, sus hijos y todos los mexicanos. Pero no es el único camino transitado por ella, diversos son los senderos por conseguir una sociedad mexicana igualitaria. Se manifiesta a través del arte, pincelando con todo su realismo, el proceso revolucionario vivido; también lo hace por medio de su intelecto que pone a disposición de la causa y así, presta su palabra para dar forma a los ideales de los líderes que no podían plasmarlos con letras, o, denunciando los abusos de la revolución.

Al éxito de la Independencia y al de la Revolución Mexicana contribuyeron ambos sexos por igual y, hoy, la mujer mexicana comienza a ser reconocida como coprotagonista en la construcción de México.

¡Bien por ella!