La
rivalidad entre los hermanos es una parte normal y saludable
de la vida. No importa qué tan bien se comportan los
hermanos, ocasionalmente se pelearán o discutirán
entre ellos mismos. La severidad y frecuencia de la rivalidad
depende de muchas cosas, inclusive la diferencia de edad,
la personalidad, la edad de los niños, y la manera
en que los padres manejan las peleas.
Aun
entendiendo lo anterior, no hay nada más triste para
unos padres, que ver una pelea entre hermanos, de cualquier
edad: niños, adolescentes, jóvenes; o más
triste aun, cuando éstos ya son adultos.
Caín
y Abel es la metáfora más clara de la rivalidad
entre hermanos y ha sido tema principal para escribir tragedias
e historias amargas. Ahora te preguntas ¿cómo
manejo esta situación? ¿Tú crees que
sea posible el amor entre hermanos?, yo creo que sí
y te diré cómo fomentarlo.
Si
tú ya has pasado por situaciones delicadas con tus
hermanos, esa experiencia te puede servir para educar a tus
hijos en el amor fraternal. Para ello te daré algunos
tips:
Evita
las comparaciones: es odioso que te comparen con tu hermano.
Es diferente que se despierte la admiración por el
hermano y no la envidia.
Elimina
del vocabulario las palabras altisonantes. En generaciones
pasadas, tal vez debido a la influencia de las películas
mexicanas, en la que la madre era un ser excepcional, intocable
y digna de admiración y respeto, un insulto era motivo
hasta de duelos de honor. Algunos padres dirán: “pero
de ahí no pasa”, “total, a mi no me afecta”,
pero es importante reconocer que desde ese momento, se pierde
el respeto mutuo que debe existir entre hermanos.
En
las familias numerosas era muy común observar en el
hermano mayor el ejemplo a seguir; era una autoridad más
en el hogar, pero más cercano, como amigo; al que se
le podían confiar los secretos y servía de intercesor
entre los padres. Es a él, al que los padres le recomendaban
y le confiaban la seguridad de los hermanos. Esta autoridad,
que ejercía con sabiduría, originaba el respeto
de sus hermanos. ¿cómo puedes fomentar esta
clase de respeto en los hermanos de generaciones actuales?
Aplica este método, pero en sentido horizontal; es
decir, fomenta en ellos el cuidado y respeto mutuos, hazles
sentir que cada uno es responsable del otro, repite constantemente:
“cuídense uno al otro”, “quiéranse”
“ámense”.
Es
importante que desde pequeños se feliciten unos a los
otros por los éxitos, grandes o pequeños que
vayan alcanzando, que se sientan copartícipes de esos
logros, satisfechos con la felicidad del otro, que celebren
juntos todos los momentos felices. Aplaudirse mutuamente.
Asistir a los eventos que son importantes: desde el jardín
de niños, ir a ver a sus hermanos a los festivales
donde participan.
Reconocerles
y celebrarles a cada uno de ellos de la misma manera y en
la misma magnitud en el momento adecuado.
Como
reducir la rivalidad entre los hermanos
- Trate a sus hijos como personas.
- Elogie cuando se las arreglan solos.
- Dedique tiempo a sus hijos.
- Esté consciente de su estilo para resolver problemas.
- Proporcione a sus hijos mucho amor y cariño.
- Apoye a sus hijos a que pasen algo de tiempo solos.
Qué
no hacer
- No compare a sus hijos con los otros.
- No escoja favoritos.
- No reaccione de más a las peleas de los niños.
Cómo
manejar la rivalidad cuando esta ocurre
- Enseñe alternativas a las peleas.
- Apoye la discusión.
Recomendaciones
para la convivencia
- Establezca reglas específicas para la convivencia.
- No piense que tiene que tratar a cada uno de sus hijos de
la misma manera.
- Ignore los chismes. Dé a sus hijos la responsabilidad
de resolver sus conflictos.
- Interfiera, si las peleas son de puños.
- Utilice tiempo de descanso.
- Evite situaciones que ocasionan la rivalidad.
La
rivalidad entre hermanos y hermanas es parte de la vida. Siempre
habrá desacuerdo entre hermanos. Sin embargo los padres
pueden usar las oportunidades para enseñar a sus hijos
cómo resolver conflictos. Esta es una herramienta muy
útil en la vida. La rivalidad entre hermanos tiene
un lado positivo también. Al aprender a manejar la
rivalidad, los hijos aprenden a cooperar, resolver problemas,
y negociar.