Inicio de la página
Comentarios, artículos, columnas...
 

Recuerdos de carnaval

(1 de marzo de 2019) - Artículos, comentarios... 2019
Estudiantina de la "Reyde". Febrero de 1959. Foto: Cortesía de Narciso Cuevas Flores
 

El carnaval es una de las fiestas populares más coloridas y de mayor participación comunitaria. Desde pequeños hasta adultos de la edad dorada, comparten su entusiasmo durante los días previos a la cuaresma. Noches de magia, color y ritmos que roban los aplausos de la gente. Comparsas animosas divierten a la población, reyes y reinas lucen atuendos confeccionados especialmente para la celebración, en tanto, coreógrafos, diseñadores y estilistas ponen de manifiesto sus aptitudes y creatividad. Sin duda, el carnaval, una expresión de algarabía y diversión.

Con base al calendario litúrgico, la fiesta de la carne se ha popularizado en varios países, México es uno de ellos. En nuestro Campeche, en todos los municipios ya es parte de la agenda anual presupuestaria y del programa cultural.

Vivencias carnestolendas

El carnaval es uno de los recuerdos favoritos de mi infancia. Cuando pequeña, mi hermana mayor fue la reina del pueblo y en la escuela siempre participé en la comparsa y veladas de coronación. Los trajes eran elaborados por las modistas del lugar; los maestros escogían bailes y de su inspiración, las letras de las canciones para la estudiantina. No podían faltar las castañuelas para el baile de la jota. Era más creatividad que inversión, suficiente con una guitarra, maracas, panderos, claves, trompeta y acordeón, ¡a bailar se ha dicho! Uno, dos, tres que pasó más chevere… recorriendo calles y plazas, visitando casas de amigos y familiares.

El grupo escolar acompañaba la corte de los reyes en el corso infantil, sábado de bando, vaquería, noches de disfraces, el martes de batalla. Y siguiendo las notas musicales de las dianas, la entrada triunfal al palacio municipal o salones sociales. La pintadera del martes, era para jóvenes y adultos.

 
Estudiantina de la Secundaria. 1962. Foto: Cortesía de Narciso Cuevas Flores
 

Los recuerdos se disfrazan con la nostalgia mientras la alegría es el mejor antifaz en la niñez bullanguera.

Tiempos de hoy

Los carnavales de este siglo son costosos, sofisticados; el poder de la tecnología, modistos de alta costura, profesionales del espectáculo, patrocinadores y organizadores se ocupan de la producción artística y logística. Ciertamente, los tiempos de la era digital, la globalización interviene en las formas y medios, sin embargo, aún la algarabía carnestolenda en la región del Camino Real forma parte de la cultura popular, una de las festividades tradicionales llenas de música y colorido, una forma jocosa que minimiza temporalmente desacuerdos con las autoridades municipales y estatales.

Entre chaquiras, tafetas, terciopelos, sombreros, lentejuelas y máscaras, nuestro carnaval está vivo. Ya lo dijo, la cubana Celia Cruz “la vida es un carnaval…”; mientras perdure la alegría habrá diversión, una actitud sanadora que alimenta la esperanza por una época de paz social.

Una fiesta de colores con mirada incluyente, de respeto, orden y sana convivencia para todos.

Por la preservación del folclor que reafirma la identidad en nuestros pueblos y municipios.

1 de marzo de 2019

 
Comparsa de Jubilados. Carnaval 2015. Foto: Santiago Canto Sosa
 
 
Texto: enviado por Teresita Durán, 1 de marzo de 2019 / Fotos: Archivo de Santiago Canto Sosa