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Columna de Teresita

Teatro de Calkiní. Compromiso con el pueblo

(31 de julio de 2015)
 
 
Primera llamada
 

Calkiní es una región histórica, trascendental por legado del linaje Ah Canul, testimonios literarios de origen maya, riqueza arquitectónica de tipo colonial y población laboriosa; con un litoral productivo, paisajes naturales sin explorar, de encanto apacible en los bosques petrificados y parcelas extendidas en la superficie de  sus ejidos.

La llegada inesperada de los españoles en 1541, inició el ocaso de los descendientes mayas; poco a poco, la invasión vestida por la evangelización y la castellanización, fue extiéndose hacia grupos poblacionales de aquel entonces, hasta provocar sigilosamente su extinción. El poderío de Tzab Canul se esfumó con la llegada de conquistadores hispanos encabezados por Francisco de Montejo –el Mozo-, aparecieron nuevas formas de organización social y de producción; la edificación cambió el paisaje campirano por casonas de grandes puertas, ventanas de herrería, zaguanes, veletas en los patios… así progresivamente, los caminos blancos se modificaron y se construyeron carreteras. Se edificaron iglesias y conventos. La campiña antes y después de la época colonial, se convirtió en imágenes del pasado. Sin  embargo, al paso de los siglos, ese rincón de cielo siguió siendo la protección de los nuevos pobladores, herederos de una magia y poseedores del espíritu de la creación, celosamente conservan en sus venas y en sus actos, la inspiración por el arte y la cultura.

Ante el inevitable transcurrir de Cronos, la mejora de aquella tierra mestiza, la impulsó a convertirse en Villa (1824), Municipio (1916) y desde 1918 en ciudad. La puerta norte del territorio campechano es el municipio de Calkiní, así se determinó desde el 1 de enero de 1916, cuando se publicó en el Periódico Oficial del Gobierno Constitucionalista de Joaquín Mucel, la división territorial y organización política del estado de Campeche.

Sin lugar a dudas, la cabecera municipal evoca un pasado único, en donde la vetusta ceiba se yergue en uno de sus barrios, conservando su deidad; la solemne iglesia católica con su patrono San Luis Obispo, desde su torre avizora la llegada de propios y extraños, no sin antes bañarse con los rayos de la aurora, la lluvia del verano y la niebla de las madrugadas en otoño. La hermosura de sus jardines adorna el nido de los enamorados, custodia encuentros amorosos, cual centinelas acechan sigilosos. Tímidamente, los robles de la Plaza acompañan la soledad de los viejos paseantes, recuerdos de años juveniles y aventuras estudiantiles. ¡Así es Calkiní! El lugar del Camino Real de las artesanías, vaquerías, corridas de toros, gremios, posadas, novenas, chanchames, comparsas y gallitos en carnaval.

 
 
Segunda llamada
 

Hoy, a pocos meses del centenario de su municipalidad, ante la demanda insistente de asociaciones civiles, grupos culturales, ciudadanos, maestros, artistas y pueblo en general, así como, la gestión responsable de la administración que encabeza  Víctor Hugo Baltazar Rodríguez y el apoyo del gobierno estatal, fue aprobada la construcción del Teatro de la Ciudad. Un ofrecimiento anunciado públicamente en junio de 2013, presentado el 24 de enero de 2014 a las fuerzas vivas y sectores de la sociedad para ser ejecutado en el mismo año. A casi un año de la fecha límite de ejecución, finalmente, la obra pretendida desde hace décadas pasadas será inaugurada días previos al último informe del Lic. Fernando Ortega.

Acorde a las necesidades de gente dinámica, propositiva y creadora en las diversas disciplinas, el Teatro de la Ciudad corona el anhelo de la sociedad. Sirva esa obra erigida con presupuesto público como escenario abierto a las todas las formas de expresión cultural, donde la notas amalgamen el mejor de los conciertos infantiles, las voces juveniles musicalicen los versos de la poesía; los cuerpos dancen armónicamente dibujando formas, en tanto, las emociones de actores y cantantes cautiven a los espectadores.

Próximamente, se abrirán las puertas para acoger espectáculos dancísticos, teatrales, musicales, literarios y conferencias. Un moderno recinto que albergará en cada centímetro de la obra, el eco de los aplausos; sostendrá en los cimientos el presente que mirará el futuro de la niñez para cultivar nuevos talentos. Originarios de este suelo, defensores de su pasado, protectores de su riqueza y comprometidos con sus descendientes, se manifiestan orgullosos de las aportaciones de los paisanos para ser reconocidas a nivel local y más allá de las fronteras. El espacio soñado para la expresión de exponentes locales y/o con trayectoria, entregando lo mejor para un público que valora calidad; promoviendo al mismo tiempo, el disfrute de eventos que fomenten el gusto por la apreciación artística.

A pocos meses de que concluya el período de la gestión del ayuntamiento, bajo la rúbrica Calkini progresa, ¡Calkini ya tiene teatro!

Pasarán más lunas, los descendientes de Ah Canul seguirán esparciendo su riqueza, pregonando coloridos bordados, hamacas, canastas, cántaros, escobas, finos sombreros, acuarelas, libros, cantos y vaquerías. El Calkiní de otros siglos seguirá vivo en la memoria de su gente, su presente se labra a pasos agigantados para construir el  futuro de los descendientes de los habitantes del lugar.

Tercera llamada… ¡Comenzamos!

San Francisco de Campeche, Cam. 31 julio 2015.

 
 
 
Texto: Enviado por Teresita Durán Vela, 31/07/2015 // Fotos: Santiago Canto Sosa, 9 de julio de 2015