Inicio de la página
Comentarios, artículos, columnas...
 
Columna de Teresita

Fiesta popular en el Día de Muertos

31 de octubre de 2012)
 

ALTAR, EN EL CONCURSO ORGANIZADO POR LA CASA DE CULTURA DE CALKINÍ (29/10/2012)

 

La tradicional celebración del día de muertos en todo el país es una fiesta de colores, sabores y recuerdos ancestrales; una forma de expresión cultural que se conserva en pueblos y ciudades del territorio nacional. En cada región, evocar la memoria de los difuntos, la práctica de rituales para ofrendar alimentos, dulces y bebidas en el altar de muertos, es parte del folklore mexicano.

El poder de la información a través de las redes virtuales, el desarrollo tecnológico y la influencia multicultural, son algunas de las amenazas actuales que atentan contra la herencia prehispánica de nuestros antepasados y el presente construido a través de la educación familiar; ante tal riesgo, el patrimonio cultural de los pueblos mexicanos puede aproximarse a una fase de alerta. Por ello, la importancia de preservar la herencia de los abuelos en la familia.

De generación en generación, costumbres, valores y tradiciones deben transmitirse, participar en las celebraciones, conocerlas, disfrutarlas para que desde los primeros años, los niños tengan la vivencia y el recuerdo de las fiestas familiares. Una de las fiestas tradicionales en Campeche está dedicada al día de muertos, el Hanal Pixán o comida de ánimas.

En mi artículo Día de muertos. Celebración ancestral (publicado en Tribuna y Calkini.net en octubre 2011) describo en qué consiste la celebración, la concepción del evento, los preparativos en la casa, la limpieza de casas, calles y tumbas; el ritual para poner la mesa con los ofrecimientos, la compra en el mercado y la selección de ingredientes para dulces y guisados, así como las tareas previas a la elaboración de los pibipollos y el pí de x’pelón son faenas colectivas en un marco de convivencia familiar, en ella todos participan.

 

NOCHE EN VELA, EN EL MERCADO "JOSÉ CARMITO CUEVAS SIERRA" DE CALKINÍ (30/10/2012)

 

Uno de los elementos específicos, es el altar para honrar la memoria de los seres fallecidos, cubierto por un mantel bordado especialmente para la ocasión; la mesa con flores, imágenes religiosas y en el centro, los retratos de los muertos, luce en un lugar exclusivo de la casa; permanece servida para la visita de los espíritus de los muertos y también para que los vivos, una vez cumplida la ofrenda degusten alimentos, postres y bebidas.

Así, el altar se convierte en un banquete: dulces selectos elaborados con frutas de la región –una acaramelada calabaza, papaya cristalina, ciruela y  nance navegando en un  almíbar– no puede faltar, el delicioso pan grande cerca de una taza o jícara con espumoso chocolate preparado en el batidor, una que otra bebida ardiente; en fin, los antojos y la comida preferida de las ánimas. Todo dispuesto muy cerca de las fotos de los extintos.

Durante la celebración de los muertos, luces de velas y veladoras guían el sendero de los difuntos, se dejan atraer por la esencia del incienso; para el descanso eterno se entonan cantos, plegarias y oraciones para que con alegría, permanezca el recuerdo y su presencia fortalezca la fe más allá de la muerte; ya sea en la casa o el cementerio, el culto religioso es parte de la celebración.

Noviembre es el mes de los muertos, de las tradiciones y costumbres familiares, un día dedicado a los pequeños difuntos, otra fecha para honrar la memoria de los adultos, a los ocho días –el bix- y al final de mes, la despedida de la fiesta de difuntos, para que todo el año, las ánimas acompañen la vida espiritual y terrenal de  familiares y seres queridos. La muerte acompaña la vida.

San Francisco de Campeche, Cam. 31 de octubre de 2012.

 

CEMENTERIO DE LA CIUDAD DE CALKINÍ (29/10/2012)

 
 
 
Texto: Teresita Durán Vela, 31 de octubre de 2012 / Fotos: Santiago Canto Sosa, 2012