Como
una de las tradiciones, su valor cultural invita al reconocimiento
a la maternidad. Es ese sentido, deseo compartir un mensaje
que aliente el espíritu para enaltecer la existencia
y grandeza de una Madre.
A
una mujer, el ser humano debe su nacimiento. Su cuerpo protege
una nueva vida. Las bendiciones de una Madre son un verdadero
regalo que alimenta la creación. Su generosidad se manifiesta
a través de cuidados, caricias, consejos y algún
regaño o llamada de atención, de vez en cuando.
Una
Madre es símbolo de bondad y protección. Las muestras
de agradecimiento y de afecto para una Madre, son tan variadas
como las flores; transparentes como gotas de rocío al
amanecer. Los regalos de alto costo son simples formas tangibles,
no expresan la calidad de los sentimientos ni la pureza del
amor. Vale más el calor de un abrazo o la ternura en
la mirada todos los días que un obsequio cada año.
Mamá
es invisible ante la oscuridad de la noche, su brillo no pierde
luminosidad porque alumbra el sendero en primavera y en otoño.
Con su sonrisa sincera te recibe y con el pensamiento te acompaña.
Mamá
es caritativa ante el hijo más necesitado, su humildad
desarma al guerrero y alimenta la bondad. Ninguna lucha se pierde,
ella es una aliada poderosa ante el ejército más
audaz.
Mamá
es una gran estrella en la historia de la familia. Tiene el
protagónico, la dirección y la producción
ejecutiva. El éxito de su actuación supera las
nominaciones de los expertos de Hollywood o el Festival de Cannes.
La naturalidad en cada episodio de la vida y la entrega de su
corazón, nutren su fortaleza para dar lo mejor en cada
papel.
Mamá
sueña a diario en el porvenir de sus hijos, su plegaria
es energía ante el Creador: salud, bienestar, prosperidad
y paz, son lo más anhelado.
Mamá
es bondad, su alma benigna impulsa tranquilidad. La bonanza
de sus actos alimenta valores. Ninguna otra mujer tiene la sensibilidad
para comprender el sufrimiento o proteger ante el peligro.
No
importa cuánto años tenga Mamá, sea joven
o anciana, ella es la representación de la esperanza
y la verdad. La juventud y la vejez son dos estaciones importantes,
en la primera, reina el vigor; en la segunda, abunda la fragilidad.
Ambas merecen del cuidado de la salud y la compañía.
Su edad la cotiza mejor.
Con
las palabras más tiernas puede describirse a Mamá,
con versos románticos y cantos comunicar el afecto, pero,
ni una forma u otra, sustituyen la gratitud con la que un hijo
honra a la mujer que le dio vida. Porque puede contratar al
mejor poeta o escritor, ofrecer serenatas y no sentir la pasión
para comunicar el amor.
Honra
en vida a Mamá, cuando muera su recuerdo alegrará
las penas, borrará el dolor y te dirá en silencio,
¡sé fuerte, eres valiente! ¡Estoy a tu lado!
La
luz de su ejemplo conducirá cada paso, porque aunque
tropieces y caigas, sentirás su mano, te levantarás
hasta llegar a la cumbre.
El
10 de mayo es una fecha en el calendario, el homenaje a las
Madres es una alborada, cada día con sol, tarde con lluvia,
cada noche con sus estrellas. De amor infinito como el universo.
Un cariño sin límites es la espera cotidiana.
Felicidades
a las Madres.
Mayo
de 2011.
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