La
fiesta del carnaval, dedicada al dios Momo, es una de las más
arraigadas del pueblo mexicano. Muchos pueblos y estados del
país, año con año, se esmeran por superar
el anterior, para darle más realce a esta festividad.
Campeche es uno de los estados con más arraigo entre
sus habitantes para participar en esta fiesta anual.
Uno
de los pueblos que más ha llamado la atención,
por la originalidad de su carnaval, es Nunkiní del municipio
de Calkiní, en donde los disfrazados de osos se cuentan
por centenas, y precisamente el arraigo de este disfraz hecho
con costales, sabucán, piel de venado, reata y cencerros,
ha convertido el carnaval en uno de los más famosos de
la región llamada "Camino Real", al norte del
estado de Campeche.
Mucha
gente se preguna: ¿de dónde vino esta costumbre
de los nunkinienses de disfrazarse de osos? Inclusive, la mayoría
de los habitantes de este pueblo desconocen la procedencia de
la tradición.
El
siguiente relato sobre la identidad de este disfraz es fruto
de la minuciosa investigación, que me llevó algunos
años y que ahora doy a conocer.
Esta
costumbre en sus orígenes nos lleva a la década
de los años veinte del siglo pasado, cuando el circo
de los hermanos Acereto, oriundos del vecino estado de Yucatán,
tomaron por costumbre llegar a este pueblo cada año,
para capear las temporadas de lluvia, por la razón de
que en este pueblo los comestibles y otros víveres para
la sobrevivencia, eran baratos como en la actualidad.
En
una de sus funciones, el circo presentó en sus pantomimas
nada más ni nada menos que a un oso (utilizando el disfraz,
de terciopelo negro) con maromas y gruñidos.
Fue
tanto el impacto que causó el disfraz de oso a los nunkinienses
de aquella época, que al celebrarse el carnaval de aquel
tiempo las dos comparsas que existían -una del norte
y otra del sur- decidieron sacar por banda un oso con un domador.
A falta de terciopelo para el disfraz, utilizaron costales o
pitas para confeccionarlo. En la espalda se amarra una piel
seca de venado para recibir los golpes del domador, para tapar
la cara se utiliza un sabucán y en el cinto se amarra
la reata; para el control del domador se ponía un cencerro.
Desde
esas fechas hasta 1942, las comparsas tradicionales utilizaron
un oso con un domador. A partir de ese año, a don Tránsito
Uc Naal (ya fallecido) se le ocurrió sacar una osa, diciendo
que era la esposa del oso. Este señor, en aquella ocasión
fue el jefe de la comparsa del sur; la comparsa del norte, que
comandaba don Ermilo Pat, al día siguiente también
sacó la esposa del oso.
Al
año siguiente, al comenzar el carnaval del pueblo, la
comparsa del norte sacó dos niños osos pregonando
que los ositos nacieron gemelos; entretanto, la comparsa del
sur sacó un solo osito.
Desde
entonces, los osos empezaron a tener hijos, nietos, bisnietos
y tataranietos, más los primos y parientes, y así
se fue incrementando la población de osos del carnaval
de Nunkiní.
Esta
es una reseña de los osos de Nunkiní, originados
de aquel oso representado por el joven cirquero llamado Carlos
Acereto, de grata memoria histórica para los nunkinienses,
porque ese artista se casó con la señorita Micaela
Mangas, hija de nunkiniense, y más tarde la jovencita
ocupó el firmamento circense al convertirse en una notable
alambrista.
No
basta leer este pequeño trabajo para creer, mejor ven
a ver el carnaval de Nunkiní, para que conozcas a los
osos que no tienen igual en otros pueblos, producto de aquel
oso de terciopelo del "Circo Hermanos Acereto".
Fuente:
Extracto del texto
"Los osos de Nunkiní". Pedro Suárez
Chi. Nunkiní, febrero de 2004. Foto: "Alpha"
(Francisco Cauich Pat).
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