
Posiblemente
porque soy nato de la Ciudad de Calkiní, a la que quiero
y admiro por su historia, por su superación cultural,
por sus tradiciones, por la amabilidad de sus habitantes y por
todo lo que ella contiene, distingo y creo que los carnavales
de allí, de mi pueblo, de Calkiní, son los mejores
y más rumbosos y alegres de la Península de Yucatán.
Pero estos alegres y bulliciosos carnavales que han sabido conservar
las generaciones actuales, datan de muchos años.
Que
yo recuerde, cuando era muy niño presencié un
carnaval cuando estaba en Calkiní, el Doctor don Víctor
Nazario Montejo Godoy que por ser él de la ciudad y puerto
de Campeche, presentó un enorme y bello barco que llevaban
en una carreta adornado con bellas y policromadas rosas cuya
vista realzaban por el grupo de simpáticas y alegres
muchachas de la Ciudad de Calkiní que lo ocupaban.
En
el recorrido de ese bando carnavalesco se dio lectura a un ingenioso
decreto del carnaval confeccionado por el propio Dr. Montejo,
que con sus pasajes chistosos a gentes conocidas del lugar,
hacían reir a mandíbula batiente a toda la concurrencia
que se aglomeraba en las esquinas para escucharlo.
Por
la noche del sábado tuvo lugar una jacarandosa vaquería
en la que las muchachas lucían sus hermosos y matizados
ternos, así como las más hermosas y bellas joyas,
notándose en primer lugar los rosarios de filigrana que
remataban en los fastuosos crucifijos. También había
que ver a los hombres que vestían el pulcro traje de
mestizos portanco las fuertes y lujosas alpargatas, pantalón
blanco de lino perfectamente planchados y carentes de valenciana,
chamarra con cuello liso natural con abotonadura de oro y plata
que tenían grabadas sus iniciales y para proteger la
chamarra del sudor, usaban finas camisetas de punto y manga
larga.
El
domingo por la mañana se veían comparsas por todos
los rumbos de la ciudad perfectamente bien organizadas, y por
la tarde, en el lugar que ocupa actualmente el mercado público,
existía una parte escueta que le llamaban la "Placita",
y como tenía unos arriates, le completaban con palos
al igial que la parte alta de donde hoy bajan las escaleras
de ese lugar hasta formar el kaxché (palo amarrado),
quedando cercada la placita en la que tenían lugar las
más divertidas corridas con toros de la región
y que eran lidiados y montados por los aficionados que arrancaban
los aplausos delirantes de la enorme concurrencia.
El
lunes y martes visitaban las casas domiciliarias previamente
avisados por la alegre estudiantina "Las cuatro musas",
escritas por el Dr. Montejo y que completaban con las coplas
del brindis del dios Momo y la siempre alegre y gustada jota
aragoneza.
Por
las noches a partir del domingo, tuvieron lugar los concurridos,
divertidos y alegres bailes, siendo de recordar el de etiqueta
que se verificó el martes en que los concurrentes, hombres
y mujeres lucieron sus más vistosos y elegantes trajes
y vestidos; y a partir de la media noche al compás de
una alegre marcha se llevó a cabo la tradicional batalla
de flores de confeti y serpentinas de múltiples colores
que alegraban más el suntuoso espectáculo. Pero
el baile que verdad lució, fue el del miércoles
que pasada la media noche sacaron a Juan Carnaval de la cárcel
y lo pasearon por todo el salón, mientras la viuda vestida
de luto riguroso lo acompañaba llorando y dando grandes
gritos de dolor por la suerte que correría su Juan; y
durante una pausa se daba lectura al jocoso e ingenioso testamento
de este proceso; al fin de que en las primeras horas del jueves
lo quemaban y conforme iba ardiendo estallaban los distintos
detonantes que su humildad contenida.
Estas
fiestas carnavalescas han continuado con el mismo entusiasmo
y alegría a través de los años, recordando
aquellos inolvidables bandos, comparsas y demás festividades
organizadas y dirigidas por el ya fallecido don Federico Rodríguez
Marín, hombre alegre, activo y que gustaba de las diversiones.
Después
los organizados por el ya fallecido también don Erasistrato
Avilés (don Tato), que había que observarle la
forma tan gentil y caballesca en que trataba a las parejas que
concurrían a los bailes y vaquerías. Claro que
en las vaquerías del sábado y domingo en la tarde
lo ayudaba el extinto don Satur Balam que siempre hacía
de bastonero e iban sacando con toda cortesía a las muchachas
para bailar. Durante los bailes y casi a la mitad de éstos,
se escuchaba la alegre mazurca que era la que bailaba con verdadero
arte y destreza don Tato.
En
esa época, en los bandos hacía de Gobernador del
Carnaval el siempre bien recordado Manuelito Rodríguez
Estrada que leía el decreto con tal gusto, con tal énfasis,
en tal forma, que la multitud que lo escuchaba prorrumpía
con fuertes aplausos y sonoras carcajadas.
Don
Domingo Loeza (don Chumín), no faltaba en los bandos
a los que concurría con su carreta y que además
de divertirse durante todo el carnaval, invariablemente hacía
el papel de la viuda.

Fue
en esos años en que don Tato, además de organizar
el carnaval y notando que un gran número de chiquillos
entre los que nos encontrábamos Indalecio Avilés
Herrera (El Chato), Alejandro Gutiérrez (Ato), Omar Rodríguez
Berzunza, el que esto suscribe y otros más, nos aglomerábamos
para bailar en un extremo del salón de baile, y considerando
que también los niños debían divertirse
sin estorbar a los adultos, contrató a don Tín,
que tocaba el violín y a su hijo Bono que tocaba los
timbales para amenizar los bailes especialmente para los niños
y que tenían lugar en la casa que fuera de don Gildardo
Rivero y que por esos años era ya propiedad del propio
don Tato y era donde íbamos a bailar durante las mañanas
de los días de carnaval.
Por
esos años llegó a Calkiní un señor
oriundo de Tenabo de apellido Pérez y si mal no recuerdo
de nombre Rafael que contagiado por la alegría del carnaval
del lugar, sacó una comparsa formada por sus hijos, algunos
jóvenes de la localidad y encabezada por él con
el nombre de la "Guaranducha"; por cierto que desde
ese momento se le quedó a este buen señor y a
toda su familia el mote de los "Guaranduchas".
Los
carnavales alegres y ya famosos de Calkiní continuaron
en la misma forma o superándose año a año
con las suntuosas estudiantinas en que hacía el papel
de Momo en forma magistral el Profesor Salvador Rodríguez
Estrada; más tarde el Prof. Pastor Rodríguez Estrada
quienes interpretaban a este personaje con gran destreza y derroche
de buen humor.
Los
martes salía la comparsa que todos esperaban y a todos
divertía con el nombre de "Gallito", que organizaba
el divertido, alegre y siempre joven de espíritu Pedro
Sosa Berzunza. Hasta ahora la sacan, pero tiene que ser organizada
por Pedrito, de lo contrario no se le siente el mismo aliciente,
tal vez porque ya estamos bastantes acostumbrados a ello.
Los
habitantes de Calkiní, son tan divertidos y les gusta
tanto el carnaval, que todos lo disfrutan; pues en una ocasión
vi bailar la "vaquería" de un domingo de carnaval
por la tarde, a la Sra. Eulalia Herrera de Mijangos, a la hija
de ésta, Sra. Amparo Mijangos de Cuevas, a la hija de
ésta, Sra. Soledad Cuevas de Pinto, y a la hija de esta
última, señorita Rosa María Pinto Cuevas,
es decir, a la bisabuela, abuela, nieta y bisnieta, respectivamente.
Posteriormente
han seguido conservando la alegría carnavalesca un fuerte
grupo de personas de todas las edades, entre las que destaca
doña Eufrasia Sierra de Avilés (la tía
Huacha), Ramón Uribe (Chito), todas las escuelas, todas
las sociedades, etcétera.
Hace
algunos años un grupo de señoras organizó
una comparsa con el nombre de "Las Viejas Verdes",
comparsa que causó un magnífico impacto y cautivó
a la población; pero no fue únicamente la realización
de la comparsa, sino hicieron entrada triunfal en el baile del
domingo por la noche con un maravilloso grupo llamado "El
Circo", que desfiló con animales, payasos, domadores,
etcétera, habiendo salido en un hermoso caballo la Srita.
Anamélida Mijangos, vestida de bailarina; la tía
Huacha de domadora; la muy alegre y siempre recordada Doña
Amparo Mijangos de torera, etcétera. Además las
tardes de los miércoles jugaban al "Toro de Petate".
Esta
comparsa ha tomado carta de naturalización en nuestra
ciudad y ha continuado saliendo año tras año desde
entonces y se le espera con gran ansia y cariño.
Antes
para sufragar los gastos que originaba esta comparsa, verificaban
el jueves próximo al carnaval, una velada con precios
módicos de entrada que se llenaban totalmente, pues había
que ver los números que presentaban "Las Viejas
Verdes" que hacían reír hasta lagrimar al
público, con la actuación de la tía Huacha,
Hermelinda Arcila Rojas, doña Emelanda Torruco de Lázaro,
Gollita Lázaro de Sobrino, la tía Golla, Conchita
Rodríguez Estrada, Conchita Rivera de Loeza y otras muchas
más de grata recordación.
En
la actualidad siguen teniendo fama los carnavales de Calkiní
por su organización, colorido, alegría y las dintintas
comparsas y estudiantinas que participan en él, pues
ahora sacan comparsas numerosos grupos que alegran el período
carnavalesco y todos esperan con alegría la llegada del
lunes y martes de carnaval en que desfilan por las distintas
casas domiciliarias, magníficas estudiantinas de las
Sociedades "Aurora", "Reyde", de las escuelas
Normales, Secundarias, Primarias, "Las Viejas Verdes"
y el "Gallito"; cuando sus ocupaciones se lo permiten,
a Pedrito Sosa.
Además
de las Estudiantinas y comparsas, existe gran número
de disfrazados por grupos o parejas y desde hace años
no falta el disfrazado solitario, Sr. Santiago Vivas, que los
martes a las once de la mañana, aproximadamente, se le
ve atravesar la gran plaza de mi pueblo disfrazado de mestiza
o lo que se le antoje para dirigirse al salón cerveza
a gozar de las fiestas carnestolendas.
Es
tal el número de comparsas, estudiantinas y disfrazados
que intervienen, que si algún día se le antoja
a los patrocinadores organizar un desfile que, partiendo desde
la casa del Sr. Manuel Herrera P., y recorrer la calle 20 hasta
la "Japonesa", para dar la vuelta hasta llegar al
magnífico y colosal Estadio "20 de Noviembre",
con la participación de todas las estudiantinas, comparsas,
grupos de disfrazados, bastoneras, etcétera, se admiraría
un maravilloso espectáculi lleno de alegría, vistosidad
y colorido, que se asemejaría en pequeño si se
quiere, con el mismo esplendor a los carnavales de Río
de Janeiro, de Veracruz y Mazatlán. Estoy seguro que
se semejaría porque existen en Calkiní los factores
necesarios y únicamente falta organizarlos.
Que
se intente alguna vez y observarán los resultados que
serían magníficos seguramente.

Fuente:
Calkiní
de mis recuerdos. Ramón Berzunza Herrera. Edición
del Instituto de Cultura de Campeche, 2003. 84 p. Fotos: Varios.
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