Hace
unos cuantos días, terminó el tan mencionado operativo
CONAGO 1 que se determinó con un principal objetivo,
enfocarse al combate de delitos de alto impacto, es decir, homicidios
dolosos, extorsiones, robo de vehículos en la vía
pública, y a casas habitación con violencia, así
como secuestro y trata de personas.
Esta
mega operación que se realizó simultáneamente
en todas las entidades del país, sus resultados en los
medios de comunicación, fue como una operación
con resultados satisfactorios, sin embargo, no parece ser tan
convincentes para muchos mexicanos.
Durante
una semana se vieron las movilizaciones que para muchos de verdad
fue tan sorpresiva como se tenía planeado, (según
para los delincuentes) pero los más sorprendidos fueron
los ciudadanos en general, ya que de pronto nos vimos invadidos
por más retenes o filtros como le llamen por todas partes,
sumados además los que ya estaban establecidos en las
carreteras.
El
porcentaje mayor de las detenciones según informes, fueron
por delitos menores, (hasta de inocentes) o de algunos pasados
de copas, porque de la delincuencia organizada nada hubo de
gran importancia, a pesar de que la articulación de los
tres niveles de gobierno en esta coordinación sumaron
esfuerzos especialmente para estos casos.
Dentro
de las finalidades de este operativo, siendo honestos, no fue
de tanta eficiencia ni productiva, en contrariedad clara con
las declaraciones emitidas por funcionarios que dicen que con
una sola detención es un resultado positivo, estaba también,
el enviar a la sociedad un mensaje; el apoyo de las corporaciones
policiales se percibiera de manera incondicional; de igual manera
tampoco se reflejó, motivo, el exceso de siempre, del
abuso de autoridad.
Afortunadamente
nuestro Estado de Campeche, como una de las entidades que no
se han visto en mayores crisis de seguridad, esto fue una práctica
más de cumplimiento institucional, siendo a la vez, un
resultado de la acción del gobierno para estar a la altura
en materia de seguridad nacional.
Sin
embargo, lo hemos dicho en varias ocasiones, podrán hacerse
leyes y más leyes, diseñar operativos e implementar
más mecanismos, pero nos falta algo y es la más
importante, una cultura a la legalidad, empezando por las instituciones.
Podemos
ejemplificar los retenes policiales ya establecidos con anterioridad
al mencionado operativo CONAGO 1, ¿Que nos han dado?
Nada, nuestra seguridad la pagamos con nuestros impuestos y
ahora hasta la compramos con unos saludos de mano con un billete
de 200 (porque te dicen somos dos) para que, no nos encuentren
detalle alguno dentro de nuestro documentos en regla, o peor,
los bochornosos actos de enseñar el contenido de nuestras
maletas.
Cierto,
tampoco podemos negar que toda acción de lucha contra
todo lo que huela a inseguridad en todas sus facetas, desde
extorsiones, secuestros, robos, tráficos, etc. Vamos
a tomarlo con acierto de nuestros gobiernos y debemos de apoyarla,
siempre y cuando se actúe conforme a la ley y al derecho.
Con
una cultura a la legalidad, construimos una sociedad segura
y sin mordidas.
Si
la operación CONAGO continúa, como está
prevista, que las autoridades tomen en cuenta que nuestro sistema
policial necesita cambiar sus viejos moldes de actuar con abuso.
Solo así tendremos, una verdadera lucha de eficiencia
y eficacia, con resultados reales, y apoyada por la sociedad. |