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(13
de septiembre de 2011) |
Artículos
de Gumercindo (2010-2011) |
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"Grito
de Independencia", en Calkiní (15/09/2010) |
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Estamos
en pleno mes que hemos denominado como el mes patrio, septiembre,
y durante este periodo, todos, creo yo, que todos, nos sentimos
muy mexicanos, la algarabía comienza a invadir nuestras
emociones por los adornos visuales que decoran los edificios
de las dependencias oficiales, las avenidas y los parques de
las ciudades, una muestra de fervor patrio, que por estos días
motiva a sentirnos orgullosamente nacidos en esta tierra.
Música
mexicana, banderas, trompetas, grandes sombreros de palma y
sarapes alegran los días, hasta parece oírse durante
el atardecer, entre el aire de la ciudad, el canto poético
de Ramón López Velarde, “Suave Patria”
cantado en coro por los grandes y centenarios árboles
de almendros de la plaza.
Pero
qué hay más allá de estas fiestas, que
pasa cuando termina el mes, ¡no!, siquiera cuando termine
el mes, sino apenas pasado el día 16 de septiembre, todo
aquellas luces tricolores, aquellos decoros, ya no son más
que partes de los mismos espacios cotidianos y acostumbrados,
vuelve la mayoría de las personas a su vida rutinaria,
a ver y escuchar con incredulidad las mismas noticias sobre
todo lo que acontecen en nuestros suelos mexicanos; con incredulidad
porque para muchos se hace difícil creer la manifiesta
edad de hierro que vive nuestra tierra mexicana, porque en los
corazones se albergan todavía esperanzas.
Esperanzas
de que se acaben las olas de violencia desatadas por las luchas
de poder entre los carteles de la mafia, de terminar con la
aberrante guerra gubernamental contra el crimen organizado,
el fin de la carestía de los artículos básicos,
para lograr tener una vida social tranquila y digna.
No
podemos tapar el sol con el dedo, es claro, sin embargo, que
estos días sirvan para poner un punto de reflexión
sobre nuestra vida libre, soberana y democrática como
nación, que sirva para consolidar nuestra identidad que
fluctúa en medio de un mundo globalizante que cada día
nos golpea tan fuerte, tal que la interculturalidad la estamos
entendiendo equivocadamente como una transculturación. |
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Fiesta
mexicana, en Calkiní (15/09/2010) |
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Que
estos días, nos permitan reconocer nuestros orígenes,
aquel que va más allá de la historia bélica,
recordar también nuestro origen autóctono, la
fuente de las fortalezas de la mezcla de las sangres, que el
indígena recobre con orgullo y dignidad la simiente de
su raza verdadera, que el rostro pluricultural de este nuestro
México, se cimente en los valores, del respeto, la tolerancia,
la justicia y la equidad.
Trabajo
de autoridades de gobierno, educativas y principalmente de cada
uno de nosotros.
Con
orgullo, con gallardía, con respeto, al entonar nuestro
Himno Nacional Mexicano esta noche de fiesta patria ante nuestro
Pabellón tricolor no sea solamente el reflejo material
de nuestra identidad; que trascienda a la viva imagen de nuestra
cultura, de nuestra historia y nuestro origen, recordar que
los triunfos de los héroes que vitoreamos se dio en marco
de la unión de sus fuerzas y con el ideal común
de la libertad y el bienestar de todo un pueblo; México.
A
divertirse, si, porque de eso se trata nuestra noche mexicana,
una fiesta de identidad, de mariachis, de pozole, de fuegos
de pirotecnia que iluminaran nuestros cielos de norte a sur
y de este a oeste, como iluminarán nuestras conciencias
y espíritus libres.
Quiero
terminar mi pequeño punto de reflexión con un
fragmento del poema “El Credo Mexicano” de Ricardo
López Méndez, un poema de amor, belleza y fe,
que inspira gloria, grandeza y nobleza de mi linda tierra mexicana;
mi Patria. ¡viva, México!
México,
creo en ti,
como en el vértice de un juramento.
Tú hueles a tragedia, tierra mía,
y sin embargo ríes demasiado,
acaso porque sabes que la risa
es la envoltura de un dolor callado.
México, creo en ti,
sin que te represente en una forma
porque te llevo dentro, sin que sepa
lo que tú eres en mí; pero presiento
que mucho te pareces a mi alma,
que sé que existe, pero no la veo.
México, creo en ti,
en el vuelo sutil de tus canciones
que nacen porque sí, en la plegaria
que yo aprendí para llamarte Patria. |
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Desfile
cívico, en Calkiní (16/09/2010) |
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Fuente:
texto enviado por Gumercindo Tun Ku, 13/09/2011 // Fotos: Santiago
Canto Sosa; 2010 |
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