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La esquina del pasado
   
EQUIPAJE. Autor: Francisco Ruiz Noguera. Editorial: Ateneo de Málaga (Al cuidado de José García Pérez). Málaga, 1.995.

 

La poesía es un refugio. Es el cordón que nos ata a la fantasía. Es un universo abierto a todas las sensaciones. Por eso hay hombres y mujeres que hacen de su innumerable y mínimo oficio de poeta una ocupación incesante. Tal vez se trate de una generación de gentes diferentes, descubridoras de ciertas lejanías pero cercanas a todas las historias. Ser poeta es divisarse en los espejos, renacer en cada melodía, intentar adivinar los sonidos de la tarde. Francisco Ruiz Noguera tal vez pertenece a esta raza de soñadores irreconciliables, de habitantes de las nubes transparentes. Por eso ahora en una colección que parece denominarse "Así concebí mi obra" aparecen un puñado de sus versos bajo el sencillo título de "Equipaje" y editados por por el Ateneo de Málaga, geografía de poetas, inspiración y futuros. En los escasos poemas de este precioso volumen Ruiz Noguera aglutina vehemencias y reflexiones, trozos de amor y datos de la experiencia. Por ejemplo, enseguida dice: que hay "un pie de añoranzas/ para volver la esquina/ exacta del pasado" con casi dos versos en cursiva para rememorar los de otro buen poeta, Francisco Peraltó, igual que

 

sucede con otros poemas que traen recuerdos de inquietantes autores. "Miro cada detalle de este espacio: -dice luego-/ el granado cercado por zarzales,/ el lugar donde el pozo/ no es más que una maraña/ de juncos y de espinos,/ la maleza que oculta la vereda/, los muros derruidos de la casa". La de Francisco Ruiz Noguera es una poesía de la indagación, interrogante vivo de un ayer y un asombro, como cuando habla de "Esa línea espiral de los recuerdos" o afirma que "la raíz se nutre/ de un equipaje doble/ trenzado fuertemente/ con alas y cadenas". Alrededor de la vida sucede la consciencia. El poeta lo sabe y dibuja los senderos, construye su equipaje particular, exactamente como lo hace en el poema que da título al librito: "Y toma la sorpresa/ de rastrear los pasos de la vida:/ el rumor de la lluvia,/ el miedo de lo oscuro". Definitivas las insinuaciones de "Estatua de sal": "Último de febrero:/ tal vez hoy sólo puedas/ mirar desde las sombras". Estábamos abriendo todas las ventanas, éramos habitantes de "la esquina/ exacta del pasado".

 

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